Resulta que pasados más de veinte años, no era la economía, sino la comunicación la que nos liberará de un comportamiento corporativo poco inteligente. A fin de cuentas, James Carville bien se encargó de ubicar un cartel en el que figuraba la máxima para que nadie se desviara de la estrategia que llevó a Bill Clinton a la presidencia de los Estados Unidos en 1992.

Fotografía de James Carville

James Carville, estratega de Bill Clinton.

 

En la gestión empresarial, cada cual exhibe la unidad de la matrioska que desea. Pero debe saber que en el juego de muñecas idénticas sucesivamente descubiertas, en el interior más íntimo de no importa qué idea clave se defienda, se esconde la “Comunicación”.

Déjese de juegos conceptuales, señor consultor, a mí lo que me importa es vender.

-Ya, pero según me ha contado, los mejores negocios los ha hecho comiendo con sus clientes en su txoko, donde ejerce de cocinero exquisito. Y a eso se le llama evento en el ámbito de las  relaciones públicas.

-Bueno, ahora mismo el problema real es que a veces tenemos unos picos y unos valles de producción importante y parece que el único que está preocupado por el asunto soy yo.

-Bueno, ¿por qué no lo explica interna y externamente?

-No tengo tiempo. Ya sé que es importante, pero el día a día no me lo permite.

-Le aconsejaría que se dote de un día a día en el que se incluya tener a su gente, a sus proveedores y clientes informados y alineados en la misma dirección.

-Ya, en realidad, hay un montón de cosas que hacemos y otras que queremos hacer, pero luego nadie se entera.

-Lo más difícil es llevar a cabo proyectos. Hoy hay medios para hacer partícipe de sus logros a las entidades, colectivas o individuales, que tienen que ver con su organización.

-Sí, pero la identidad corporativa, la comunicación interna y externa, los eventos, la publicidad, etc, resultan un gasto y estamos en tiempos de crisis.

-Si tiene una estrategia y una estructura de comunicación adecuada, obtendrá un retorno optimizado de la inversión realizada según sus objetivos y prioridades tanto en tiempos de crisis como de bonanza.

-Como todo consultor, no me ha dicho nada nuevo. Hace tiempo que lo tenemos claro, pero necesito que alguien me ayude a poner en marcha un plan de comunicación integral aprovechando los medios tradicionales y las nuevas tecnologías. Sé que necesitamos un posicionamiento adecuado para nuestra estrategia de negocio y que nuestra marca enamore.

-Tiene usted razón y, por cierto, no es ningún estúpido.